Rutina no
Esas ganas de cambiar que aparecen más de una vez en la vida, más de una vez al año, miles de veces en un mismo día replantearse qué se puede hacer para cambiar. Si me corto el pelo, si me compro ropa distinta. Si me cambio la foto o el nombre en facebook. Si salgo más a la calle en el día o si me quejo cuando mamá me pide que vaya a comprarle algo al chino o a Farmacity.
Si borro o no las entradas pasadas de este blog. No guarda más que fotos mías y canciones escritas por algún ser talentoso que yo intenté dedicarle a alguien que no me daba ni la hora. Borrarlas sería una falta de respeto a mi pre-adolescencia, pero a la vez una "ayuda" a mi presente.
Esas ganas de ser ajena a la vida y ver cómo sería todo sin vos. A todos los que se plantean eso, no sirve. Ya estamos acá y ESTA VIDA es con vos acá, o allá. Dónde sea que estés. Y pero cómo sería mi vida o tu vida si fuésemos personas reconocidas? En el mundo, o el en país, o tal vez sólo en un boliche por las cosas que escribiste en internet y a alguien le gustó. Y se lo mostró a una amiga. Y a otra, y puede ser que a otra. Y así "hola, me encanta lo que escribís porque me siento muy identificada". Tal vez esté bueno sentirse acompañada por alguien que no conocés.
Y eso de que sos genial porque no te importa lo que piensan los demás de vos es, tal vez, una pantalla. A todos nos importa, más o menos que a otros, lo que piensen de uno. Pero esperen, esperen a que junte el valor que me falta para cortarme el pelo y van a ver. Si quiero cambiar el mundo,
tengo que empezar por algo.