Me dieron ganas de escribir sobre vos. Pero no sé que decir. Estuve leyendo algunas cosas viejas muy viejas en base a vos. No eras igual a cuando te conocí, y a lo largo del tiempo que hablábamos cambiaste más y más, o eso es lo que me parece a mi yendo al caso de que nunca te conocí profundamente, ni sé quién sos de verdad. Lo que me hubiese gustado conocerte hace tres años. Porque sé que sos todo lo que necesito y me harías tan bien. Pero no, lo nuestro no pudo ni va a poder ser porque vos y otras personas desearon que así fuera, y no me voy a quejar porque no tengo ganas ni vale la pena que lo haga.
Es en vano que siga escribiéndote y lo tengo bien en claro, pero las cosas las tengo que soltar y no se me ocurre mejor manera que en mi blog, que es tan solo una página de internet que muy poca gente lee, pero a quién le confío todo.
Es en vano que piense en vos, es más. Tengo muy sabido que debería empezar a mirar a otros chicos, a fijarme por otro lado, o mismo no ver nada. Pero juro que se me hace inevitable no pensarte no imaginarte no ponerme feliz si te veo o si hablamos.
Me prometo y te prometo a vos que te voy a olvidar, tarde o temprano tengo que hacerlo. Y quizás en un tiempo, largo o corto, nos reencontremos, crecidos, maduros, con otra forma de vivir y de pensar que quizás así, nos demos cuenta del tiempo perdido y podamos estar juntos como a mi me gustaría. Espero que este sea mi último escrito sobre vos porque sino mi cabeza va a pensar que sus neuronas no andan. Te deseo lo mejor, y como dije antes, quizás más adelante nos reencontremos, te deseo eso. Suerte para los dos.